Desde el 2009 el sector de la construcción en Bolivia presenta un importante crecimiento, entre el 9 y 11 %, situándose como el segundo de mayor contribución al PIB nacional luego de los hidrocarburos. Esta tendencia, tanto en el sector público como en el privado, ha determinado un aumento de la demanda de mano de obra donde las mujeres han incursionado de forma sostenida, incrementando los puestos de trabajo.
Entrar a un rubro tradicionalmente monopolizado por hombres, ha significado para la mujer generar ingresos en un contexto marcado por la desigualdad y discriminación. Las mujeres que trabajan en la construcción perciben una remuneración 20% más baja que los hombres por el mismo trabajo. Muchas de las mujeres que trabajan en el rubro de la construcción están al margen de las coberturas de seguridad social.
La seguridad ocupacional es precaria, aun existiendo normativa que obliga a los empleadores a generar condiciones seguras para el desempeño laboral, estas no se cumplen.
A pesar de tener casi todo en contra en el rubro de la construcción, para las mujeres es una oportunidad real de generar ingresos, es así que gracias a que muchas de nosotras empezábamos a recibir capacitación técnica desde 2011, surge la ASOMUC para enfrentar de forma colectiva y organizada las barreras de discriminación que podrán ser revertidas en la medida que estemos empoderadas política y económicamente.